Magia, Sonrisas y Suenos
Preschool
students from Escudo School received gifts on their last week, sent by YOOU in
Spain. On the day that they received the
gifts, the class wrote a story together. The story is below.
Estudiantes de preescolar de la escuela
Escudo recibieron regalos en su última semana, enviado por YOOU de España.
Durante el día los estudiantes reciben los regalos y escriben una historia
juntos. La historia esta abajo -
MAGIA, SONRISAS
Y SUEÑOS
Había una vez
dos hermanitos de 6 años de nombres Fabiola y Alfredo, que vivían en la
preciosa ciudad de Granada. Alfredo y Fabiola procedían de una familia muy
humilde y sin mucho recursos pero muy felices. Su padre, un vendedor de fruta
era conocido por toda la ciudad por ser un hombre muy alegre y divertido que se
ganaba el cariño de la gente día a día. Ese carácter lo habían heredado sus
hijos, dos niños alegres que pasaban sus días jugando a miles de juegos que
ellos mismos inventaban, pues Alfredo y Fabiola eran dos niños con una
increíble imaginación y muy soñadores.
Fabiola tenia la habilidad desde que era
muy chiquita de hacer reír a la gente y todos disfrutaban pasando tiempo con
ella. Por ello Fabiola siempre decía que quería su vida dedicándose a sacar
sonrisas a la gente y sobre todo a los niños que, como ella, tenían una vida
difícil. Alfredo en cambio era un niño muy serio, pero al igual que su hermana,
poseía una inteligencia y un ingenio fuera de lo común, pue es necesario ser
una persona muy capacitada para poder convertirte algún día en un gran mago,
SI!, pues el sueño de Alfredo era el de ser el mejor mago de toda Nicaragua y
vivir haciendo disfrutar a niños y mayores despertando esa ilusión que solo la
magia consigue.
Pero desde hacía unos meses la vitalidad
y alegría de los niños había decaído mucho y con ello su rendimiento en la
escuela, lo que tenia preocupado mucho a sus padres, pues no conocían el
motivo. Poco a poco Alfredo y Fabiola habían dejado de pasar tanto tiempo
jugando e inventando, paseaban tristes por la casa arrastrando los pies e
incluso llegaron a abandonar todo interés por la magia y el humor. Este hecho
fue lo que definitivamente hizo que su padre intervinieran y una tarde cuando
los niños regresaron de la escuela el padre los reunió en el salón y les dijo
lo siguiente: “niños, vuestra madre y yo estamos muy preocupados por
ustedes, no entendemos que ha podido ocurrir para que hayan tenido un cambio
tan radical en tan poco tiempo, hasta tal punto que Alfredo ha abandonado sus
trucos de magia y Fabiola ya ni siquiera sonríe. Así que por favor les pido que
si existe alguna razón por la que están así, o incluso si nosotros hemos hecho
algo que haya podido afectarles a ustedes, necesito saberlo para poder
ayudarles y cambiar esta situación de la manera que sea.”. Pero Alfredo y
Fabiola se limitaron a callar con la mirada hacia abajo.
El padre ante el silencio de sus hijos
decidió marcharse de allí con la seguridad de que por alguna razón que
desconocía, él era el culpable de la tristeza de sus hijos, pero justo antes de
abandonar la habitación sintió en sus piernas el fuerte abrazo de sus hija y
cómo esta comenzaba a llorar desconsoladamente. Su padre la abrazó con fuerza y
esperó hasta que Fabiola se tranquilizó y empezó a hablar: “Padre, usted no
tiene la culpa de nada, el problema está en que ha venido a la escuela un nuevo
profesor que no permite a los niños jugar libremente, cada día Alfredo y yo
somos castigados sin receso por reír, bromear y jugar con magia. Dice que
nuestras ilusiones son simplemente estupideces de niños, que no existe ningún
valor en ser payaso o mago, que no tiene ninguna utilidad y que deberíamos
dejar de pensar en ello y comenzar a buscar otros sueños mas normales. Por eso
padre estamos tan serios, tenemos que obedecer al profesor”.
El padre aliviado por la explicación de
su hija, regresó al sofá y les dijo: “Miren niños, ustedes no pueden
permitir que nunca nadie les diga cómo o qué tienen que ser, ni siquiera su
profesor. Seguramente su profesor fue un niño con sueños como los de ustedes y
nunca consiguió alcanzarlos, por ello
ahora se dedica a destruir ilusiones del resto de niños, así que mañana cuando
regresen a la escuela van a ir con una sonrisa enorme, Fabiola con sus bromas y
Alfredo con su magia y le van a decir a su profesor que les puede castigar sin
receso durante el resto del año pero que ustedes no van a abandonar su sueños
por nada ni por nadie. Y que la felicidad e ilusión que transmite un payaso o
un mago es igual de importante en este mundo como lo puede ser la seguridad que
proporciona un policía o la salud que nos dan los médicos”. A partir de ese
momento Fabiola y Alfredo volvieron a ser los niños felices y creativos que
siempre fueron, aunque se pasaron el resto del año castigados.
15 años mas tarde ambos eran estrellas
del espectáculo reconocidas por toda Nicaragua y regresaron a su antigua
escuela “El Escudo” para hacer una actuación ante los niños, padres y
profesores. Fabiola con sus números humorísticos arrancó las carcajadas de
todos los asistentes durante todo el
espectáculo y Alfredo con su magia dejó a todos con la boca abierta. Al final
del espectáculo la ovación fue enorme incluso por parte de un anciano profesor
al que se le llegaron a saltar las lágrimas, y que se acercó a hablar con
ellos, era su antiguo profesor: “Gracias chicos, habéis despertado en este
anciano una felicidad y una ilusión que hacía años que no sentía! Me alegro de
que hace 15 años ustedes no me hicieran caso y continuaran persiguiendo sus
sueños contra cualquier cosa”.
Los tres se fundieron en
un abrazo.
FIN
Escrito por:
Los niños de Tercer nivel de Preescolar de la escuela
El Escudo de Granada, la profesora María René y los voluntarios de ONG La
Esperanza Alexis Mouscadet, Tanja Seppänen y Pedro Antonio Bueno.
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